
Al lado de un campo inundado por la lluvia interminable, la policía y los habitantes del pueblo están enredados. 'Memorias de un asesinato' del director Bong Joon-ho comienza justo en ese lodazal. Mientras que thrillers de asesinos en serie de Hollywood como 'Zodiac' o 'Seven' comienzan en la oscuridad de la ciudad, 'Memorias de un asesinato' comienza bajo la luz del sol del campo coreano, pero en un lugar cubierto de barro que no se puede limpiar.
El detective rural Park Du-man (Song Kang-ho) se enfrenta al primer cadáver en un ambiente que parece un mercado donde los niños juegan y los curiosos entran y salen. Sería un espectáculo que haría desmayar a un equipo de investigación científica de 'CSI' o 'Criminal Minds'. El cuerpo de una mujer ha sido horriblemente mutilado y arrojado al campo, y los detectives caminan sin cuidado sobre el suelo del campo donde hay huellas. En lugar de ciencia forense, solo hay confianza en la 'intuición', 'miradas' y 'rumores del vecindario' para atrapar al criminal. El personaje que se encuentra en el centro de este mundo rústico es Park Du-man.
Park Du-man grita a los testigos que en lugar de hipnosis de un 'profiler', deben 'mirar con los ojos bien abiertos', y lanza patadas y violencia a aquellos que señala como sospechosos en lugar de presentar pruebas. Para él, la investigación se asemeja más a un 'talento para elegir a los que se comportan mal' que a un perfil lógico como en 'Mindhunter'. Es una extraña mezcla de comedia y tragedia, como si el inspector Clouseau de 'La Pantera Rosa' estuviera a cargo de un caso de asesinato real.
A su lado está su compañero detective Jo Yong-gu (Kim Roe-ha), quien ejerce una violencia aún más primitiva. La tortura cercana a la violencia, y los interrogatorios que obligan a confesiones falsas son métodos que utilizan cotidianamente. Si las escenas de tortura de la CIA en la serie 'Bourne' son exageraciones cinematográficas, la violencia policial en 'Memorias de un asesinato' es tan realista que resulta aún más incómoda. Sin embargo, ellos creen que están del lado de la 'justicia'. Hasta que ocurrieron los asesinatos en serie en el pequeño pueblo rural, esa creencia no se había visto seriamente cuestionada.
Pero en un día lluvioso, la atmósfera cambia cuando ocurren asesinatos brutales que solo apuntan a mujeres. En una noche en la que suena una canción específica en la radio, una mujer vestida de rojo desaparece, y al día siguiente, invariablemente, se encuentra un cadáver. Como las cartas cifradas de 'Zodiac', este patrón es la firma del criminal. El caso comienza a revelar su estructura, y el pueblo se sumerge en el miedo, como en el 'Juicio de las brujas de Salem'.
Desde arriba, la presión se intensifica, y los medios se burlan de la policía incompetente como si estuvieran evaluando una película en 'Empire', cubriendo el caso de manera amplia. En medio de esto, aparece Seo Tae-yoon (Kim Sang-kyung), enviado desde Seúl. Su método de investigación es diametralmente opuesto al de Park Du-man. Cierra la escena con cinta, enfatiza hipótesis, lógica y análisis de datos. La 'racionalidad' de Seúl y la 'investigación intuitiva' de la provincia se unen bajo un mismo techo, aumentando gradualmente la tensión dentro del equipo de investigación.
Du-man y Tae-yoon al principio desconfían completamente el uno del otro. Para Du-man, Tae-yoon es un detective urbano como Sheldon de 'The Big Bang Theory' que solo finge ser inteligente, y para Tae-yoon, Du-man es solo un detective rural como un miembro de la unidad de zombies de 'The Walking Dead' que golpea a la gente sin pruebas. Pero los asesinatos en serie no les permiten tener el lujo de proteger su orgullo.
Los cadáveres continúan apareciendo, y los sospechosos que parecían prometedores siempre terminan teniendo coartadas, o solo quedan personas con discapacidades mentales que han colapsado como Raymond de 'Rain Man'. En el proceso, la violencia y la incompetencia de la policía, así como la atmósfera de la época, se revelan de manera cruda. Las calles oscuras, donde ni siquiera hay suficientes faroles, los caminos que cruzan entre fábricas, y la cultura de acompañar a las mujeres a casa se convierten en estrategias de supervivencia que llenan la pantalla. Si Nueva York en 'Taxi Driver' era la ciudad del crimen, el campo de 'Memorias de un asesinato' es un lugar donde la seguridad ha desaparecido.
A medida que los asesinatos en serie continúan, la ansiedad dentro de la policía también se acerca a un punto de explosión. Du-man se aferra cada vez más a su única arma, la 'intuición de reconocer a alguien solo por su rostro', mientras que Tae-yoon intenta mantener la calma, pero comienza a mostrar grietas ante la investigación que sigue fallando y las pruebas contradictorias. Es como si todos los personajes de la película estuvieran luchando en una enorme niebla como un agujero negro de 'Interstellar'.

El público se siente confundido al pensar que alguien es el criminal, solo para caer en la confusión nuevamente al ver la coartada que se desmorona en la siguiente escena. No hay un giro claro como el de Kaiser Soze en 'The Usual Suspects', ni se lleva el dilema moral al extremo como en 'Prisoners'. La investigación parece dar vueltas en círculos, pero dentro de ese círculo siempre hay los cuerpos de las víctimas horriblemente abandonados.
A medida que avanza la película, se centra en el cambio interno de los dos detectives, Park Du-man y Seo Tae-yoon. Al principio, aquellos que se reían el uno del otro, comienzan a avanzar en una dirección bajo la obsesión de que

