
Al lado de un campo inundado por la lluvia interminable, la policía y los habitantes del pueblo están enredados. ‘Memorias de un asesinato’ del director Bong Joon-ho comienza justo en ese lodazal. Si thrillers de asesinos en serie como ‘Zodiac’ o ‘Seven’ comienzan en la oscuridad de la ciudad, ‘Memorias de un asesinato’ comienza bajo la luz del sol del campo coreano, pero en un lugar cubierto de barro que no se puede limpiar.
El detective rural Park Du-man (Song Kang-ho) se enfrenta al primer cadáver en un ambiente que parece un mercado donde los niños juegan y los curiosos entran y salen. Es una escena que haría que un equipo de ciencia forense de ‘CSI’ o ‘Criminal Minds’ se desmayara. El cuerpo de una mujer ha sido brutalmente desmembrado y arrojado al campo, y los detectives caminan sin cuidado sobre el suelo del campo donde hay huellas. En lugar de ciencia forense, solo hay confianza en la ‘intuición’, ‘miradas’ y ‘rumores del vecindario’ para atrapar al criminal. El personaje que se encuentra en el centro de este mundo rústico es Park Du-man.
Park Du-man grita a los testigos que en lugar de hipnosis de un ‘profiler’, deben ‘mirar con los ojos bien abiertos’, y a la persona que señala como el criminal, en lugar de pruebas, le lanza patadas y violencia. Para él, la investigación no es un perfil lógico como en ‘Mindhunter’, sino más bien un ‘talento para elegir a los que se comportan mal’. Es una extraña mezcla de comedia y tragedia, como si el inspector Clouseau de ‘La Pantera Rosa’ estuviera a cargo de un caso de asesinato real.
A su lado está su compañero, el detective Jo Yong-gu (Kim Roe-ha), que ejerce una violencia aún más primitiva. La tortura cercana a la violencia, y los interrogatorios que obligan a confesiones falsas son métodos que utilizan cotidianamente. Si las escenas de tortura de la CIA en la serie ‘Bourne’ son exageraciones cinematográficas, la violencia policial en ‘Memorias de un asesinato’ es tan realista que resulta aún más incómoda. Sin embargo, ellos creen que están del lado de la ‘justicia’. Hasta que ocurra un asesinato en serie en un pequeño pueblo rural, esa creencia no se verá seriamente cuestionada.
Pero en un día lluvioso, una serie de asesinatos brutales de mujeres comienza a cambiar la atmósfera. En una noche en que suena una canción específica en la radio, una mujer vestida de rojo desaparece, y al día siguiente, invariablemente, se encuentra un cadáver. Como las cartas cifradas de ‘Zodiac’, este patrón es la firma del criminal. El caso comienza a revelar su estructura, y el pueblo se sumerge en el miedo, como en el ‘Juicio de las brujas de Salem’.
Desde arriba, la presión se intensifica, y los medios se burlan de la policía incompetente como si estuvieran evaluando una película en ‘Empire’, cubriendo el caso de manera amplia. En medio de esto, aparece Seo Tae-yoon (Kim Sang-kyung), enviado desde Seúl. Su método de investigación es tan opuesto al de Park Du-man como lo son Sherlock Holmes y Watson. Sella la escena con cinta, enfatiza hipótesis, lógica y análisis de datos. La ‘racionalidad’ de Seúl y la ‘investigación intuitiva’ de la provincia se unen bajo un mismo techo, aumentando lentamente la tensión dentro del equipo de investigación.
Du-man y Tae-yoon al principio desconfían completamente el uno del otro. Para Du-man, Tae-yoon es un detective urbano que solo “finge ser inteligente”, como Sheldon de ‘The Big Bang Theory’, y para Tae-yoon, Du-man es solo un detective rural que “golpea a la gente sin pruebas”, como un miembro de un escuadrón de zombis de ‘The Walking Dead’. Pero el asesinato en serie no les da espacio para proteger su orgullo.
Los cadáveres continúan apareciendo, y los sospechosos que parecían prometedores siempre terminan teniendo coartadas, o solo quedan personas con discapacidades mentales que han colapsado, como Raymond de ‘Rain Man’. En el proceso, la violencia y la incompetencia de la policía, así como la atmósfera de la época, se revelan de manera cruda. Las calles oscuras, donde incluso las farolas son insuficientes, los caminos que cruzan fábricas, y la cultura de acompañar a las mujeres a casa se convierten en estrategias de supervivencia que llenan la pantalla. Si Nueva York en ‘Taxi Driver’ era la ciudad del crimen, la Hwaseong de ‘Memorias de un asesinato’ es un campo donde la seguridad ha desaparecido.
A medida que los asesinatos en serie continúan, la ansiedad dentro de la policía también se acerca a un punto de explosión. Du-man intenta aferrarse cada vez más a su única arma, la ‘intuición’ que dice que puede reconocer a alguien solo con verlo, mientras que Tae-yoon lucha por mantener la calma, pero comienza a mostrar grietas ante la investigación que sigue fallando y las pruebas contradictorias. Es como si todos los personajes de la película estuvieran luchando en una enorme niebla como un agujero negro de ‘Interstellar’.

El público se siente confundido, pensando que alguien es el criminal, solo para caer en la confusión nuevamente al ver la coartada que se desmorona en la siguiente escena. No hay un giro claro como en ‘The Usual Suspects’, ni se lleva el dilema moral al extremo como en ‘Prisoners’. La investigación parece dar vueltas sin fin, pero dentro de ese círculo siempre hay los cuerpos de las víctimas brutalmente abandonados.
La película se centra cada vez más en el cambio interno de los dos detectives, Park Du-man y Seo Tae-yoon, a medida que avanza la segunda mitad. Aquellos que al principio se reían el uno del otro, comienzan a correr en una dirección bajo la obsesión de “quizás este tipo sea el correcto”. Al igual que Batman persigue al Joker en ‘The Dark Knight’, ellos también persiguen a un criminal invisible. Las pruebas son escasas, la ciencia forense se ve obstaculizada por las limitaciones de la época, y ese vacío se llena con las emociones y la violencia de los dos.
En las escenas donde finalmente se enfrentan a ‘un tipo’, la película eleva toda la tensión acumulada de una vez. Sin embargo, ‘Memorias de un asesinato’ no promete una resolución satisfactoria como en ‘Dirty Harry’ ni la perfecta justicia de ‘The Silence of the Lambs’. Lo que significa el final y la última mirada queda como un problema que el público debe reflexionar al salir del cine. Esa última mirada se graba en la memoria tanto como la mirada de Roy Batty de ‘Blade Runner’ antes de morir.
Completar la comida con ‘Bongtail’ basada en hechos reales
La calidad de ‘Memorias de un asesinato’ radica en que, aunque se basa en hechos reales, empuja hasta el final las preguntas que van más allá de eso. A finales de la década de 1980, el pesado tema del caso de asesinato en serie de Hwaseong, que realmente existió, es traducido por el director Bong Joon-ho no como una simple recreación o un thriller sensacionalista, sino como un ‘drama de época y humano’.
El espacio rural de Hwaseong en la película es una imagen que evoca los callejones de la historia moderna de Corea. A finales del régimen militar, con la organización policial aún sin la completa influencia de la democratización, prácticas de investigación con conceptos de derechos humanos deficientes, y una atmósfera social insensible a la violencia de género y la seguridad de las mujeres, todo esto se filtra naturalmente. Si ‘Mad Men’ capturó el sexismo en Estados Unidos en la década de 1960, ‘Memorias de un asesinato’ captura la insensibilidad hacia la seguridad de las mujeres en Corea en la década de 1980. La película no critica directamente estos elementos, sino que muestra de frente el aire de la época, dejando el juicio al público.
La fuerza de la dirección brilla en los detalles. Escenas como el campo lluvioso, el humo que sale de las chimeneas de las fábricas, y la sensación de ansiedad que se filtra entre los estudiantes de primaria que se van de excursión, no son solo un fondo, sino un mecanismo que ajusta el tono emocional. La configuración de que llueve cada noche en que ocurre un incidente es simbólica en términos de género, como la lluvia perpetua de ‘Blade Runner’, y en términos realistas, funciona como un elemento que lava las pruebas.
Las escenas en las que los detectives buscan en la escena parecen una lucha fútil por perseguir la ‘verdad que ya se está borrando’. Como Sísifo empujando la roca hacia arriba, los detectives persiguen las pruebas que están desapareciendo. Este espacio-tiempo no se queda solo como una ‘historia antigua’ para el público actual. Evoca la sombra de la sociedad coreana que aún persiste. Si ‘Parasite’ trató el problema de clase actual, ‘Memorias de un asesinato’ aborda el problema del sistema del pasado. Y ese pasado sigue siendo un presente continuo.

Las actuaciones de los actores son dignas de un ‘Daniel Day-Lewis’. Park Du-man, interpretado por Song Kang-ho, provoca risas al principio como un detective rural torpe e ineficaz, similar al inspector Clouseau de ‘La Pantera Rosa’, pero a medida que avanza el tiempo, soporta el peso de la tragedia que surge de su ineptitud. Su mirada es completamente diferente al principio y al final de la película.
La mirada relajada del principio se transforma en un abismo de miedo, culpa, ira y desesperación en la segunda mitad. Al igual que Travis Bickle de ‘Taxi Driver’ se sumerge en la locura, Park Du-man también cae en un abismo de obsesión. Seo Tae-yoon, interpretado por Kim Sang-kyung, aparece como un ejemplo de la ‘frialdad’ de Seúl, pero finalmente es un personaje que es devorado por el caso. Si Benedict Cumberbatch en ‘Sherlock’ observa el caso con emociones bloqueadas, Seo Tae-yoon de Kim Sang-kyung explota al reprimir sus emociones.
Cuando la cara que había reprimido las emociones estalla en una ira incontrolable, el público siente que esta película no es simplemente un drama de investigación. La presencia de los personajes secundarios también es intensa. La violencia y lealtad del detective Jo Yong-gu, así como las expresiones inquietantes de los sospechosos, evocan ‘la cara de esta época’ a lo largo de la película.
Una de las razones por las que esta obra es tan querida por el público es que logra un equilibrio excepcional entre la diversión del género y la frialdad del caso sin resolver. Escenas slapstick que provocan risas, paisajes cómicos como el de una comisaría rural similar a ‘Brooklyn Nine-Nine’, y diálogos rústicos están dispuestos de manera adecuada, permitiendo que el público respire.

Pero esa risa no dura mucho. Los cadáveres que aparecen pronto, las historias de las víctimas, y la investigación que continúa transforman la risa del público en culpa. Este ritmo crea la esencia única de ‘Memorias de un asesinato’. Una extraña sensación de que, aunque ríes, pronto te sientes seco. Si ‘Jojo Rabbit’ mezcla comedia y tragedia, ‘Memorias de un asesinato’ mezcla slapstick y horror.
Otro punto importante es que la película no presenta una ‘respuesta’. No da una respuesta definitiva sobre quién es el criminal, si las decisiones de la policía fueron correctas, o qué nos dejó este caso. Como el trompo de ‘Inception’, la última escena deja preguntas al público. En cambio, plantea preguntas a cada espectador.
Preguntas como “¿Realmente somos diferentes de esa época?” o “¿Estamos, de alguna manera, ignorando la tragedia de alguien de otra manera?” Estas posibilidades hacen que la película sea tan repetible como ‘Citizen Kane’. Dependiendo del tiempo y la edad del espectador, las escenas y emociones que capturan la atención pueden variar.
Escalofriante, pero algo agridulce
Si buscas un thriller de investigación bien hecho como ‘Zodiac’, ‘Seven’ o ‘The Silence of the Lambs’, ‘Memorias de un asesinato’ está casi en la lista de imprescindibles. Más allá de la diversión de adivinar “¿quién es el criminal?”, también experimentarás el aire de la época y la humanidad que se revela en el proceso de investigación. El proceso de observar los espacios entre las piezas del rompecabezas será más interesante que simplemente armarlo.
Además, esta película es altamente recomendable para aquellos que desean mirar el pasado de la sociedad coreana desde un ángulo diferente. No se trata de la década de 1980 a través de libros de texto de historia o documentales como ‘¿Qué es eso?’, sino que te enfrentarás a los recuerdos de la ‘vida cotidiana’ representados en una comisaría rural, un campo, fábricas y callejones. Y dentro de eso, podrías descubrir problemas estructurales que aún se repiten. La conciencia de los problemas que la película toca, desde el sistema policial y judicial hasta la seguridad de las mujeres y la forma en que los medios informan, es más amplia y profunda de lo que parece.

Por último, para aquellos interesados en la impotencia y obsesión humanas, así como en la lucha por encontrar significado en ello, como en ‘The Wrestler’ o ‘Whiplash’, ‘Memorias de un asesinato’ dejará una impresión duradera. Después de ver esta película, es muy probable que la última frase y la mirada de Park Du-man no se vayan de tu mente.
Esa mirada se dirige no solo al criminal del caso sin resolver, sino que quizás también a nosotros fuera de la pantalla. Esta película pregunta sin rodeos, pero de manera insistente: “¿Qué hicimos entonces y qué estamos haciendo ahora?”. Para aquellos que quieren enfrentarse a tales preguntas, ‘Memorias de un asesinato’ sigue siendo una obra válida y que seguirá siendo evocada en el futuro. Aunque el verdadero criminal fue capturado en 2019, las preguntas planteadas por la película aún esperan respuestas.

